María Antonia García, 57 años, camina despacio sobre el suelo arenoso, arrastrando los pies agrietados, apenas cubiertos con unas viejas chanclas, dejando una pequeñísima estela de polvo a su paso. María Antonia viene de cortar café, lo poco que pudo recolectar en las fincas de la pequeña y montañosa comunidad de La Jumuyca, en Nueva Segovia, donde trabaja. Poco, casi nada, dice la mujer, porque la roya arrasó con los olorosos cerezos que son su fuente de trabajo. María está afligida, como todo el sector del café de Nicaragua, un país que depende abrumadoramente del que llaman, con razón, el grano de oro. Los productores han lanzado la alarma al Gobierno.
“Nunca hemos visto una enfermedad como ésta. Esa roya que decían que afectaba, no lo hacía demasiado, porque siempre se le miraba la hojita a la mata, y había control, pero ahora no hay control para esa enfermedad”, dice María Antonia, jadeante, cansada de subir cuestas en estas hermosas pero desoladas regiones cafetaleras. Estos caminos los ha andado desde siempre, cortando café de finca en finca, recogiendo hasta 55 latas al día, reuniendo hasta tres mil córdobas durante la temporada de corte. Pero eso es historia. Esta mañana en La Jumuyca, María Antonia apenas logró reunir una lata de café. La roya –el Mal, la Peste– le arrebata el trabajo.
Al lado del camino polvoso que recorre María Antonia sobresalen cultivos de café que parecen arrasados por un incendio. Los arbustos, mustios, son solo ramas de un color cobre opaco, sin vida. No aparece por ningún lado el verdor de las matas que le dan brío a esta zona, los cerezos rojos que son la riqueza de la región, las mujeres cantarinas que se ganan la vida desgajando los granos. Un paisaje deprimente que se repite de finca en finca, como si fuera una extensa sábana quemada. La roya ha arrasado el 35% de los cafetales de Nicaragua.
Un hongo destructivo
La roya es un hongo que destruye las plantas de café, las seca, atacando las hojas, que caen devoradas por el hongo. Este mal hace que el fruto tan preciado caiga antes de madurar, lo que llevó a muchos productores a cortarlo todavía verde, para evitar perderlo todo. El hongo se aloja en las pequeñas hojas de los arbustos, que se manchan con tonos amarillos y negros. Los exportadores de café estiman que se podría dejar de producir entre 400 y 500 mil quintales del grano, ya que la roya ha afectado 41 mil manzanas. Los caficultores no estaban preparados para el golpe.
Pedro Antonio Vásquez separa los granos de café maduro de los más verdes, que guardará para consumo propio. Este productor perdió las 14 manzanas que cultiva en la comunidad de Las Mesas, en El Jícaro, Nueva Segovia, por lo que ha puesto a su familia a trabajar en la selección de granos, un trabajo cansado, monótono, pero del que dependen los ingresos del hogar. Esta mañana el hombre, dos niños y otros dos adultos trabajan sobre un saco que cubre el suelo, mientras cuenta su desgracia.
“La enfermedad nos sorprendió. Nosotros hemos convivido con este problema de la roya desde hace muchos años: han surgido algunos brotes y uno con facilidad ha ido combatiendo esos foquitos de roya, pero este año no pudimos”, dice Antonio. “Para nosotros los productores esto es preocupante, y para las personas que nos ayudan a recolectar, porque ningún rubro sustituye al café aquí en Nicaragua, es el que genera más empleo”.
Los productores consultados para este reportaje aseguraron que alertaron al Gobierno desde junio del año pasado, cuando la roya, presente en la caficultora nicaragüense desde 1976, comenzó a manifestarse de una forma más agresiva. El gobierno, aseguran los productores, no les hizo caso, y ellos tampoco tomaron medidas más drásticas que las de fumigar los arbustos. Para octubre, el problema se había convertido en un desastre cuyas magnitudes se apreciarán mejor este año, cuando la última cosecha de café ya haya sido recolectada.
Los más perjudicados
La roya ha afectado principalmente a los pequeños productores como Pedro Antonio, quienes no cuentan con fondos suficientes para invertir en sus cafetales, pero tampoco con apoyo y asistencia técnica que permita reemplazar los arbustos de café, viejos, cansados, vulnerables a las plagas. De los 45 mil productores de café que hay en Nicaragua, el 90% son pequeños, lo que da una idea de la extensión de la tragedia.
José Ángel Buitrago, presidente de los exportadores de café de Nicaragua, explicó en el programa Esta Noche las causas que, desde el punto de vista del sector, hicieron que la roya fuera más agresiva este año. “Esto se debe a varios factores: plantaciones muy viejas, cafetales agotados, falta de fertilización y de protección en los cafetales y el cambio de temperatura que ha habido por el cambio climático”. Esto ha aumentado la humedad en zonas antes muy frías del país, lo que hizo que el hongo se extendiera por esas regiones.
“Los pequeños productores no han tenido recursos para aplicar fertilizantes, para proteger sus plantaciones y mucho menos tener una tecnología que les permita conocer cómo defenderse de una enfermedad como ésta”, dice Buitrago.
La impaciencia de los productores
Para recuperar los cafetales arrasados por la roya, el sector requiere una inyección millonaria, con la que el Gobierno afirma no contar. Los mismos productores aseguran que para renovar una manzana de café se necesitan 4 mil 600 dólares, un monto que multiplicado por la cantidad de manzanas destrozadas por la roya, supera los 188 millones de dólares. Los cafetaleros han elevado sus demandas a las autoridades del Magfor, que la semana pasada anunciaron el inicio de un plan para combatir la roya, pero del que no dieron mayor información que el de un diagnóstico para conocer la situación de la caficultura nacional, que debería estar listo a inicios de febrero. Los productores se impacientan.
La semana pasada se reunieron en El Jícaro una docena de caficultores con representantes del Magfor y líderes del sector, a quienes les demandaron una “atención urgente” ante el drama desatado por la roya. En esa reunión participó el delegado del ministerio en Nueva Guinea, Carlos Arosman Barahona, y no el ministro del Magfor u otro funcionario de importancia del Ejecutivo, lo que da una idea del poco interés del Gobierno ante el problema.
El delgado Barahona aseguró que no hay dinero para hacer frente a la emergencia. “Todo tiene su tiempo, las sagradas escrituras bien lo señalan. Hay momentos en los que no se puede soltar el financiamiento porque no existe. Este país no tiene toda la plata que requiere. Ustedes saben que hemos estados abocados al tema de combate a la pobreza, de atender programas importantes”, les dijo Barahona a los productores.
El delegado del Magfor también aprovechó la actividad para criticar a los caficultores, dejando entrever que éstos no aprovecharon los años de buenos precios y bonanza para invertir en sus fincas y mejorar la calidad de las plantas de café. “Hay algunos productores que no han sido afectados por la roya porque han manejado adecuadamente sus plantaciones, pero hay otros productores que cuando llega la cosecha, lejos de habilitar la plantación con todas las medidas sanitarias, lo que hacen es comprarse una camioneta. Esa situación tenemos que revisarla”, dijo.
Los mismos productores están conscientes de esa situación. En mayo de 2011 el quintal de café se llegó a cotizar en 317 dólares, un precio récord que alentó al sector, pero que no se tradujo en mejoras en los cafetales. El precio se desplomó en noviembre del año pasado, cuando bajó hasta los 150 dólares, y algunos expertos creen que la baja continuará, hasta los 125 dólares, por lo que además de las pérdidas causadas por la roya, los productores deben enfrentarse a un ingreso menor por quintal vendido.
¿Se descuidaron durante “vacas gordas”?
En su pequeña finca de Las Mesas, Pedro Antonio Vásquez es consciente de la mala gestión hecha de los ingresos del café cuando el producto estuvo en buenos precios. “A nosotros nos han criticado, nos han dicho que las fincas las hemos tenido como una vaca lechera, como la gallinita que pone huevos de oro, y que no nos hemos acordado de la gallinita ni de la vaca lechera. Por una parte, aceptamos la crítica”, dice el productor.
“Esto nos da a nosotros un parámetro para que nos fijemos que estas afectaciones vienen por la vejez de la planta y porque no tiene los nutrientes necesarios para que pueda ser fuerte. Porque las plantas son como los seres humanos: mal comido, mal dormido, mal vitaminado, somos vulnerables a todas las enfermedades”, agrega Pedro.
Los productores, sin embargo, demandan una respuesta inmediata del Gobierno, al que alertan sobre las consecuencias que podría tener una intervención más tardía. Leonel López es el representante departamental de la Unión Nacional de Agricultores y Ganadores (UNAG) y también productor de café de El Jícaro. Este hombre robusto, campechano y amable dijo a Confidencial que los productores intentarán sobrevivir de lo que sea. Sentado en un largo pasillo de su casa, usado como bodega donde guarda algunos quintales de café, López aseguró que sobre las regiones del norte del país se cierne la peor amenaza: la deforestación.
El agricultor asegura que hay productores que ante la desesperación podrían optar por cultivar pasto para el ganado o granos, lo que acabaría con las verdes montañas y zonas boscosas que garantizan hasta ahora los cafetales. “Aquí tenemos varios escenarios que se nos van a venir. Si a febrero no tenemos ni una solución de Gobierno, los productores tenemos que actuar. Si no tenemos ese respaldo, debemos buscar la frontera agrícola, porque yo quiero alimentar a mi familia y tengo que echar mano a sembrar pasto para producir leche o sembrar granos básicos”, dice López, quien perdió cuarenta manzanas de café.
“Ya no hay nada que hacer”, asegura. “La pérdida (de café) es un ingreso que ya no viene a la familia ni tampoco al país, porque ya no vamos a producir”, se lamenta López.
Desempleo y hambruna
A inicios del año pasado visité las regiones del norte del país para escribir un reportaje sobre el trabajo infantil en los cafetales. En aquella ocasión me encontré con productores animados por los buenos precios del café y un ambiente activo con fincas llenas de jornaleros que cargaban canastas a rebosar del grano de oro. El café es tan importante en este país que desde hace décadas es el principal producto de exportación, superando los 519 millones de dólares en ventas el año pasado, según datos del Cetrex. Un sector que genera, según los mismos productores, 600 mil empleos.
El panorama que vi en esta ocasión en las regiones del norte del país contrasta con aquella imagen de bonanza. En Jalapa, municipio de Nueva Segovia, la Cooperativa Campesinos Activos alertó que la roya ha afectado al 45% de la producción de café en esa zona, pero hay casos de productores que registran afectaciones hasta del 80%. El municipio podría registrar una pérdida de 40 mil quintales del grano y Eddy Gutiérrez, gerente de la Cooperativa, alerta que el hambre y el desempleo amenazan la estabilidad de este pequeño poblado. Gutiérrez explicó que ellos han tomado la iniciativa de pedir ayuda directamente a embajadas europeas en Managua, pero hasta ahora no han tenido respuesta.
“Esto va a ser bien difícil porque la caficultura en este municipio es una de las dinamizadoras más interesantes de la economía, porque los cortadores, transportistas, las gasolineras, se ven beneficiados con el auge de la agricultura. A menguar la caficultora, esto va a sufrir un impacto terrible y directamente los cafetaleros y sus familias van a estar en problemas serios”, asegura López en su oficina de la Cooperativa, un amplio edificio ubicado a unas cuadras de la Alcaldía Municipal.
“Se tiene que considerar un plan de emergencia”, alerta López, “que establezca objetivos alrededor de la seguridad alimentaria de esa gente, porque el café es un tema de seguridad alimentaria y no tanto empresarial como lo tiene definido alguien que tiene cien manzanas”. Su idea es proteger a aquellas personas que dependen del dinero que ganan en la temporada del corte, cuando los cafetales están llenos de gente, escena que podría no repetirse el próximo año.
López se refiere a personas como María Antonia García, la cortadora de La Jumuyca que se lamenta de recolectar mucho menos café que años anteriores. La mujer, que camina arrastrando sus viejas y sucias chanclas sobre el suelo montañoso, está desesperada porque no sabe cómo enfrentar el vendaval de escasez que se le viene sin trabajo.
“Más pobreza viene para nosotros, porque nos ayudamos cortando. Tenemos que arreglarnos echando una gallinita para vender algunos huevos y así comprar el jabón, la sal y el azúcar”, asegura María Antonia mientras se pierde entre los cafetos secos, muertos, inservibles, buscando leña para el fuego de la casa. Es para lo único que ahora le sirve lo que hace unos meses fue su principal fuente de trabajo.
Comentarios
Los rendimientos y productividad del cafe por manzana son la otra parte critica de la ecuacion de produccion agricola. Los rendimientos promedio varian ampliamente segun las distintas regiones del pais, dependiendo de una gran gama de factores como: 1. Variedad del cafe cultivado; 2, Condiciones climatologicas; 3. Densidad de siembra. 4. Edad de los cafetos; 5. Metodos de cultivo y cosecha. 6. control de enfermedades y plagas como la roya, antracnosis y ojo de gallo. La historia del cafe en nuestro pais esta salpicada de exitos y fracasos, de auges y recesos. El cultivo del cafe es una actividad agricola a largo plazo y perenne, sus precios no tienen efecto en la oferta a corto plazo, pero a largo plazo si tienen un efecto notable.
Nicaragua es muy pobre y no me refiero a sus recursos; si no a los que lo manejan.
Soy estudiante universitaria y no se nececesito ser master para decir lo siguiente:" No es posible que sigamos como estamos , cuando no empezamos a administrarnos y capacitarnos; sobre todo analizar y accionar en cada paso que damos . Para que así , logremos no solo el desarrollo del pais sino nuestra superación personal .
debemos de emprender e innovar. ¡ Vale la pena!
No entiendo la mecánica de este país, los cafetaleros estuvieron en vacas gordas, pero no le dieron mantenimiento al cafetal y ahora todos los ciudadanos de este país van a pagar su falta de administración de sus bienes.
Me pregunto si compro un carro y no le doy matenimiento puedo solicitar al gobierno me lo repare a costa de los demás?
Están demostrando tener viveza de ratón o incapacidad con conocimiento de causa para que el estado les siga manteniendo su ineficiencia.