Cada d�a h�bil de la semana, desde las 8:30 de la ma�ana, Carolina G�mez (37 a�os, bachiller, madre soltera) recorre los barrios capitalinos mostrando a las vecinas cat�logos de una empresa de cosm�ticos. Va de puerta en puerta, sonrisa resaltada con carm�n, charlando con las mujeres que est�n dispuestas a darle un tiempo entre los deberes matutinos. Su trabajo es conquistar clientas para que se conviertan en vendedoras de la compa��a, de capital costarricense. Si tiene suerte, Carolina completar� un salario de 200 d�lares para mantener casa, a sus tres hijas y un nieto. No hay descanso ni pena: Carolina habla, r�e, coquetea. El objetivo es lograr el cheque al fin de mes.
Es mi�rcoles. Cuatro de la tarde. Carolina acaba de llegar a su casa, en el barrio B�er, ubicada en una cuadra de casitas que dan pena, apenas sosteni�ndose sobre los andenes, oscuras, desvencijadas, rotas, tan d�biles que dan la sensaci�n de venirse abajo en cualquier momento. La de Carolina es una construcci�n de tablas, ladrillos, l�minas y pl�sticos. Es apenas un cuarto dividido en tres por cortinas: sala, dormitorio y cocina, con un patio donde dos perros ladran a las visitas. Es un espacio claustrof�bico, caluroso, h�medo y oscuro, donde las cosas se acumulan, se aprietan, dando la sensaci�n de venirse encima del visitante en cualquier momento. Es el lugar que Carolina convirti� de predio usado como basurero, al hogar donde ha criado a sus hijas. Y donde esta tarde calurosa de mi�rcoles la espera un taz�n de arroz con leche y una taza de caf� que comparte con las visitas.
Carolina G�mez tiene once a�os trabajando para esta empresa distribuidora de cosm�ticos. Trabaja sin contrato. Sin seguro. Sin mayores beneficios que algunas capacitaciones y premios de vez en cuando si supera lo que ella llama �las metas�, es decir, conquistar a la mayor cantidad de amas de casa de Managua para que se afilien a la empresa y se conviertan en vendedoras de los productos. Pero la crisis econ�mica que ha golpeado a los hogares nicarag�enses ha alejado cada vez m�s a Carolina de alcanzar esos �premios�, por lo que �ltimamente se conforma con reunir los 200 d�lares que son el sustento de su casa.
�El salario me da para sobrevivir. Ya no es como antes, cuando compuse mi casa, que era chiquita. Yo pude comprar zinc, refrigeradora, mis camas. La crisis me ha golpeado: estoy ganando tres veces menos de lo que ganaba cinco a�os atr�s. La situaci�n en cinco a�os se ha puesto mala�, explica Carolina sentada en la sala de su casa, mientras su hija menor, Gema, de cuatro a�os, escucha la conversaci�n mientras bebe gustosa su pacha.
A pesar de la reducci�n en las ventas, Carolina dice estar satisfecha con este empleo. Sabe que la situaci�n est� dif�cil. Antes trabajaba despachando en un cafet�n a las afueras del Aeropuerto Internacional, con un salario de 50 d�lares semanales y sin ning�n tipo de beneficio. Dice que decidi� cambiar a un trabajo mejor por sus hijas. Fue una vecina la que la conect� con esta empresa de cosm�ticos y desde entonces Carolina se rebusca la vida en los barrios de Managua, intentando cumplir las metas establecidas por la compa��a, conquistando a mujeres que como ella tienen la necesidad de un empleo, por precario que sea.
Pa�s de empleo chatarra
Y es que si se habla de empleos precarios, Nicaragua saca un sobresaliente. En el pa�s abundan los llamados trabajos chatarras: ocupaciones de subsistencia, que no generan mayor riqueza y que refuerzan el c�rculo de pobreza de una poblaci�n sometida a la tensi�n diaria de rebuscarse la vida. �En Nicaragua casi 7 de cada 10 empleos son precarios o informales�, asegura el economista Adolfo Acevedo.
Las cifras que maneja este economista son decepcionantes: el reflejo de un pa�s con una econom�a postrada, atrasada. El 33% de la ocupaci�n en Nicaragua es del denominado autoempleo, es decir, personas de muy baja calificaci�n, que, como explica Acevedo, �hacen casi cualquier cosa para sobrevivir�. A este grupo lo sigue un 18% de los asalariados que �l denomina �microunidades del sector informal�, es decir, los peque�os puestos de mercado que emplean personal como ayudantes, pagando un salario muy bajo. Un tercer grupo, el 17% de los ocupados, corresponden a �familiares sin remuneraci�n�: aquellas personas que trabajan en negocios de familia (una pulper�a, por ejemplo) sin ganar salario. Y s�lo un 35% de la poblaci�n trabaja en el sector formal, ya sea dentro del Estado o empresas grandes o medianas formalmente establecidas. �El mayor generador de empleo del pa�s es nuestra poblaci�n, que emprende cualquier actividad para sobrevivir�, dice Acevedo.
De emprender sabe Reina Salazar, de 59 a�os, quien es due�a de una pulper�a en el barrio Jardines de Veracruz, de Managua. Con su tienda Salazar ha salido adelante, empujando a su familia. Esta mujer morena, bajita, que sonr�e al hablar, asegura que con los ingresos de su pulper�a ha pagado los estudios universitarios de sus tres hijos. Una afirmaci�n admirable, si se toma en cuenta que el ingreso mensual que le deja la tienda a esta mujer, es de 300 d�lares. Claro, trabajando todos los d�as de la semana, sin salario fijo, sin seguros, cuadr�ndose para pagar pr�stamos, mantener casa y la familia. Un dato interesante: en una econom�a deprimida como la nicarag�ense, los peque�os negocios como las pulper�as son una opci�n importante. Seg�n el Instituto Nacional de Informaci�n de Desarrollo (Inide) el 34,7% de las jefas de hogar en el pa�s se dedican a este tipo de comercio, como el de Reina.
�Aqu� tenemos un c�rculo vicioso�, explica el economista Adolfo Acevedo. �El tipo de empleo que crea nuestra econom�a es empleo precario-informal. Nuestra econom�a crece en gran medida a trav�s de la extensi�n de actividades de baja productividad, como la agricultura, el comercio, servicios informales, que no requieren de mucha calificaci�n. Este es el tipo de empleo que puede absorber al tipo de fuerza de trabajo como la nicarag�ense, caracterizada por niveles de calificaci�n extremadamente bajos�, agrega el experto.
De hecho, Nicaragua es un pa�s que mantiene todav�a a un porcentaje de la poblaci�n en el analfabetismo, a pesar del discurso oficial. La Encuesta de Medici�n de la Pobreza elaborada por el Fideg en 2009 mostraba que en ese entonces la tasa de analfabetismo de la poblaci�n de edad de diez a�os a m�s, era de 16,2%, elev�ndose hasta un 26% en las zonas rurales. El economista Acevedo explica que seg�n la Comisi�n Econ�mica para Am�rica Latina (CEPAL), se requieren por lo menos 11 a�os de escolaridad, es decir la secundaria completa, para aspirar a un ingreso laboral que permita salir del umbral de la pobreza. En Nicaragua, el nivel de escolaridad promedio de la poblaci�n es de cuatro a siete a�os.
�El Banco Mundial, en su reporte de pobreza, dice que para poder operar en Zonas Francas, se requiere cada vez m�s la secundaria completa. Lo que esto dice es que para aspirar a un empleo formal adecuadamente remunerado, se requieren mayores niveles de calificaci�n�, explica el experto. La falta de calificaci�n engorda el mercado informal. Seg�n la encuesta del Fideg, en 2009 el 72% de la poblaci�n ocupada trabajaba en el �rea informal, 67% de ellos en las ciudades del pa�s. Los n�meros arrojan comparaciones interesantes que retratan a un pa�s. Seg�n la misma encuesta, el 36% de la poblaci�n ocupada trabajaba en 2009 como empleado u obrero, mientras que s�lo un 2.5% era patr�n o empresario.
Un universitario con empleo precario
En Nicaragua un t�tulo universitario tampoco es garant�a de un trabajo de calidad. Eso lo sabe Myron Tom, muchacho de 24 a�os, delgado como esp�rrago y con t�tulo de Administraci�n de Empresas por la UNAN bajo el brazo. Myron ha trabaj� en un call center que quebr� a los pocos meses de haber conseguido el puesto, y del que no logr� ning�n beneficio. Y ahora trabaja como subempleado de un periodista econ�mico empleado por una agencia internacional. El muchacho, gracias a sus conocimientos de Administraci�n, recopila informaci�n econ�mica del pa�s, �sas estad�sticas de las que �l forma parte.
Myron trabaja en casa del corresponsal de ocho de la ma�ana a una de la tarde. Gana entre 1,200 y 1,500 c�rdobas al mes, un salario fijado por acuerdo, sin contrato, sin seguros, vacaciones o aguinaldos. El muchacho dice que sus ingresos le dan para pagar sus pasajes, comprarse algo de ropa u otros gastos personales, pero siempre con el cintur�n bien ajustado, midiendo cada valioso c�rdoba que sale de su bolsa. �Vivo en un plan de austeridad permanente. El dinero no me da para ayudar a mi familia, eso es pr�cticamente imposible�, asegura Myron, que vive con su mam�, soltera, y sus siete hermanos.�
�Mucha gente recomienda que uno no deber�a aceptar su situaci�n, pero como dicen, peor es nada. Por lo menos tengo un ingreso, mientras consigo algo mejor�, dice el muchacho. Myron aspira a trabajar en una empresa grande, �donde tenga expectativas de crecimiento, con planes de capacitaci�n y beneficios laborales�. Sus sue�os aspiran �al Grupo Pellas, Coca Cola o la Cervecer�a�, pero tambi�n a la posibilidad de dejar Nicaragua. �Si tuviera la posibilidad de irme del pa�s lo har�a�, asegura el muchacho. No es el �nico que piensa igual: el Informe de Desarrollo Humano de 2009, preparado por Naciones Unidas, muestra que el 60% de la poblaci�n menor de 30 a�os est� dispuesta a buscar oportunidades fuera de Nicaragua.
Carolina quiere otra casa
Cada ma�ana, cuando Carolina G�mez se alista a visitar los barrios de Managua armada con su folletos que presentan a hermosas modelos posando al lado de fragancias, cremas y pinturas, un sue�o es el combustible que la acompa�a para cumplir con una jornada larga y cansada: Carolina quiere otra casa, una casa nueva. Ella quiere salir del barrio B�er, de sus calles violentas, dejar esa cuadra de casitas desvencijadas, que dan la sensaci�n de venirse abajo en cualquier momento, y mudarse a un lugar �m�s sano�, donde sus hija menor, de cuatro a�os, pueda crecer tranquila.
La mujer est� dispuesta a vender ese terreno donde monto su hogar, el mismo que era un basurero y que ella transform�. Pero el dinero no le da para cumplir el sue�o. Hace unos a�os las esperanzas crecieron, cuando escuch� que el gobierno del presidente Daniel Ortega impulsaba su publicitado proyecto de Casas para el Pueblo. Carolina pas� horas �haciendo una gran fila� para conseguir los formularios. Ella estaba dispuesta a vender su terreno para pagar la prima, y una vez obtenida su nueva casa montar una pulper�a. Pero la burocracia y la pol�tica frustraron sus planes.
�Habemos personas que podemos luchar para pagar esas casas y cambiar de ambiente. Fui a solicitar la casa, llen� los papeles, pero hasta ahora no me dan respuesta. Dicen que son casas para el pueblo, pero no lo son, porque s�lo benefician a unos, s�lo se las han dado a gente que trabaja para el gobierno. Uno quiere salir adelante, pero por estas cosas no puede�, asegura la mujer.
Carolina no pierde las esperanzas. Tiene planes y dice que los espera cumplir. Ella se paga su propio seguro facultativo, paga el estudio de su hija de 18 a�os y trata que no le falte nada a la peque�a de cuatro ni a su nieto reci�n nacido, hijo de su hija mayor, que es soldado del Ej�rcito. Ah� va Carolina cargando sus folletos, tocando de puerta en puerta, conquistando a otras mujeres desempleadas. Lleva once a�os haci�ndolo y a pesar de que es un trabajo sin beneficios formales, dice que le gusta. Y le da alegr�as, como los premios que entrega la empresa a las �promotoras� destacadas.
Para ella uno de esos reconocimientos fue un viaje a Costa Rica, donde la acompa�� una de sus hijas. �Ese viaje a Costa Rica fue como el de una princesa. Fui a un lugar muy bonito, al que nunca pens� ir�, asegura Carolina.
Bono demogr�fico: oportunidad de oro
- Aumenta el n�mero de personas en edad de trabajar; disminuyen los dependientes. Hay que asegurar oportunidades a los j�venes.
El economista Adolfo Acevedo asegura que Nicaragua est� en un momento �nico: el pa�s experimenta un crecimiento hist�rico de la poblaci�n en edad de trabajar. Acevedo explica que en este momento se registra una reducci�n de la tasa de dependencia, es decir, ni�os y adultos; mientras que crece en los hogares el n�mero de personas trabajadoras.
�Si esas personas encuentran un empleo bien remunerado, lo que ocurrir�a es que el ingreso de los hogares se disparar�a, y como hay menos ni�os por hogar, se podr�a incrementar considerablemente la inversi�n por ni�o. Eso permitir�a la reducci�n de la pobreza en un corto periodo hist�rico�, asegura el economista.
Sin embargo, en Nicaragua la mayor parte del trabajo que se genera est� en el sector informal, el que necesita de trabajadores poco calificados a los que se les pagan salarios de miseria. �Aprovechar el bono demogr�fico significa que los j�venes que se incorporan a la fuerza de trabajo (alrededor de 85 mil j�venes al a�o) lo hagan con los niveles adecuados de calificaci�n, y que adem�s encuentren empleos de alta productividad que requieran m�s altos niveles de calificaci�n�, explica el experto.
Acevedo asegura que Nicaragua tiene s�lo 25 a�os para aprovechar esta situaci�n, porque la siguiente fase de la poblaci�n es el envejecimiento, lo que generar� tensi�n en una econom�a precaria. �La poblaci�n infantil ya no est� creciendo, sino que se est� reduciendo, y la poblaci�n en edad de trabajar envejece. Dentro de 25 a 30 a�os, miles de personas van estar llegando a la edad de adulto mayor�, dice.
Agrega: �El proceso de envejecimiento en Am�rica Latina se est� produciendo tres veces m�s r�pido que en los pa�ses desarrollados. Se considera que un pa�s entra en la fase plena de envejecimiento de la poblaci�n cuando m�s del 10% de la poblaci�n son adultos mayores. En Nicaragua, en 2035 ya el 13% de la poblaci�n van a ser adultos mayores. Y en 2050 vamos a tener el mismo porcentaje que los pa�ses desarrollados, s�lo que los pa�ses desarrollados entran a esta fase con la posibilidad de asumir los costos, mientras que en Nicaragua s�lo el 20% de la fuerza de trabajo est� afiliada al seguro social�.
El impacto que este cambio tendr� en la econom�a ser� brutal. Seg�n Acevedo, al disminuirse la cantidad de personas en edad de trabajar, el Estado se ver� de frente a una creciente poblaci�n de ancianos, la mayor�a de ellos empleados del sector informal con empleos precarios que muy probablemente no cotizaron en el seguro, y que demandar�n cuidados de salud y apoyo del Estado. �En cuanto lleg�s a ese punto el pa�s ya no tiene retroceso, ya no hay nada que hacer�, advierte el economista.
Para Acevedo aprovechar la situaci�n actual es un esfuerzo conjunto que deber�a interesar al gobierno, pol�ticos, sector privado y hasta medios de comunicaci�n. �El bono demogr�fico se aprovechar�a si un mayor porcentaje de la poblaci�n en edad de trabajar se incorpora a la fuerza de trabajo, y si los empleos que se generan son de mayor productividad. Esto significa que tendr�as que cambiar el modelo de crecimiento de la econom�a�, recomienda.
Y como Nicaragua es un pa�s agropecuario, Acevedo apunta a que los esfuerzos deben ir encaminados a transformar el anticuado proceso de producci�n nacional. �Ning�n pa�s logra desarrollarse si no resuelve el problema de la productividad en la agricultura. En este momento tenemos la ventaja que en unos diez a�os, aproximadamente, los precios de nuestros productos agr�colas de exportaci�n van a estar buenos, entonces esta es la� oportunidad para transformar la agricultura: para modernizarla, intensificarla, diversificarla y comenzar a construir cadenas de valor�, dice el economista.
Comentarios
Nos quedamos dos meses en Nicaragua y vimos a todas estas personas quien venden comida u otras cosas en los autobuses, en las estaciones, en las calles, muchas veces me pregunto como podian vivir con esto. En Nicaragua, la gente esta amable, siempre con sonrisa, honrada y el turista no sabe lo que se esconde detras ?
Hasta cuanto tiempo, a;os viviremos asi?? Creo que ya es tiempo que las empresas tanto privadas como del Estado comienzen a pagar sueldos dignos y bien renumerados, para que la poblacion tenga capacidad de compra, al tener la poblacion capacidad de compra el comercio vendera mas, el agricultor, los super tambien, es decir, habra una cadena de servicios que aumentaran sus ventas, y por tal motivo, el Gobierno podra percibir mas impuestos, y asi sucesivamente, hasta que la economia del pais y de nosotros mejore sustancialmente. Pero que poder de consumo tendremos si con costo mantenemos nuestros hogares, si solamente ganamos para medio comer y con dificultad pagar los servicios basicos de agua, luz, etc.??. Todo esto lo conoce la empresa privada y el Gobierno, pero, por que no actuan??
Mientras no tengamos las condiciones, seguiremos exportando mano de obra o creando sub-empleos de hambre o desempleados realmente hambrientos, el mejor caldo de cultivo para la delincuencia. Y las condiciones son "sencillas": mejorar la infraestructura física y del estado (lease instituciones transparentes y ágiles, sin espacio para el oportunismo o la corrupción) y un sistema tributario realmente progresivo que obligue a pagar mas al que gana mas y que no dé paso a la evasión fiscal. Eso por un lado, y por el otro lado un plan de nación para 25 años que recoja entre otras muchas cosas las necesidades actuales y futuras de mano de obra calificada y profesional, para que el Ministerio de Educación incida activamente para que el sistema (escolar, técnico y universitario) tanto público como PRIVADO genere la Oferta de estudio necesaria.MIENTRAS eso no ocurra continuaremos generando Administradores de Empresa o Abogados que anden en la calle haciendo cualquier cosa para llevar honradamente el sustento a su familia. Y todo eso permanecerá así mientras la juventud no se decida a jubilar a todos los políticos oportunistas que engendramos (sin dsitingos de colores políticos, todos los partidos, unos mas, otros menos estan contagiados de ese virus) y que solo sirven para servirse (y muy bien) del pueblo.